
Así el
votante de Ceuta sabe a quién dirigirse si tiene un problema, pero el de Madrid
no; ¿A quien de los 36 se dirige si por ejemplo viajaba en el AVIA de Santiago?
O el de Valencia ¿a quién de los 16 se dirige si tiene un familiar víctima del
accidentes del metro de Valencia? ¿Se dirigirá a los partidos que pusieron en
sus listas a esos diputados? ¿Y le servirá de algo?
Todos
los ciudadanos deberían estar representados en el Congreso como los de Ceuta:
por un diputado al que conocen por nombre y apellido, a quien se pueden dirigir
para conseguir su ayuda y a quien pueden reprobar si no cumple.
Para
que todos los españoles tuviéramos el mismo nivel de representatividad, las
circunscripciones electorales deberían ser como la de Ceuta, es decir de unos
100.000 habitantes; y de cada una de ellas salir un diputado. Y habría 350, es
decir, una circunscripción o distrito electoral por diputado en el congreso.
Son los diputados de distritos electorales uninominales.
Los
ciudadanos estaríamos mejor representados por diputados de distritos
uninominales que por diputados provinciales elegidos en listas de partidos. Pensemos
por un momento qué habría pasado en el Congreso con un asunto como la ley de
desahucios, teniendo cada diputado cientos
de afectados por las hipotecas en sus distritos, ¿habrían hecho la chapuza de
ley hipotecaria que hicieron, o habría sido ésta más favorable a los afectados?
¿No les habrían echado a la calle sus votantes por no defenderles?
Los
votantes siempre estaremos mejor con diputados de distritos uninominales en el
Congreso pues es allí donde se hacen las leyes, y donde se controla al Gobierno,
y donde en definitiva se asegura la
independencia de los poderes del Estado. Y es que en democracia la ley está
para cumplirse, y las leyes tienen un ciclo legal y son el origen de lo que algunos llaman el circulo vicioso del poder; y si nuestros representantes no participan en su
elaboración, nosotros quedamos como convidados de piedra de las leyes
que hacen los representantes de los partidos.
La primera clave de la democracia es que en el Congreso se sienten los representantes de
la gente; y que sea ésta, la gente, quien tenga la capacidad de revocarles en
su caso. Y no que los diputados sean representantes de los partidos que les
pusieron en sus listas, y sobre los cuales
ejercen su disciplina de voto.
Y se
puede tener diputados de distritos uninominales si las buenas personas de la
mayoría silenciosa, presionamos de manera pacífica suave y firme. ¿Cómo? ¿Participando
en el sistema para reformarlo desde dentro? No, eso no es posible. Hay que
deslegitimarlo con nuestra abstención
activa, y aprovechar todas las ocasiones que nos da Internet y las nuevas tecnología para mostrar nuestra
demanda de diputados de distritos uninominales.
Si
estás de acuerdo con tener diputados de distrito uninominales ya sabes: apoya
con tu firma la petición de firmas que te adjunto, reflexiona sobre el tema,
escribe comentarios sobre ello, comparte el tema con tus amigos, promuévelo entre
ellos etc. lo que más te convenga. Si no lo estas expón educadamente tu
opinión, seguro que llegamos a una idea mejor para dejar atrás la democracia de
los partidos.
Un saludo en todo caso y gracias.
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